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viernes, 13 de enero de 2012

INICIANDO EL MINISTERIO (MI TESTIMONIO)

Por: Sandra Valle

No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu dios que te esfuerzo; siempre te ayudare, siempre te sustentare con la diestra de mi justicia. Isaías 41:10

  Frente a mi estaba el camino que habíamos de tomar, un camino lleno de polvo, totalmente desconocido para mi, callada en silencio contemplaba como salíamos de la carretera para tomar ese camino, no lo expresaba, solo Dios sabia el temor tan grande que había en mi, retenía el llanto, pues no quería llorar delante de los demás, ni mostrar el temor que llevaba, platicaba y sonreía, volteaba al cielo como que si con mi mirada esperaba que Dios me entendiera que yo quería regresarme, pero El sabia de el temor que había en mi, llegamos al lugar donde teníamos que empezar a caminar, y el vacio en mi estomago aumento más, frente a mi estaba imponente la sierra, veía los grandes cerros, y quería soltar el llanto, le decía a Dios en el pensamiento  
<<no me lleves para haya tengo miedo>>, pero sabía que tenía que seguir adelante, recuerdo que cuando nos despedimos de los hermanos que nos llevaron Rodolfo y Beatriz, quise pedirle a Beatriz <<no me dejes>>, pero no pude, solo la vi en silencio y con el llanto retenido.

Como tomaban el camino de regreso, el pastor Waldo, Don Lupe y yo, nos quedamos, no podía creerlo ahí estaba toda miedosa, así que con todo y miedo seguí el camino, las piernas me temblaban, la boca reseca y todo era a causa del temor, volteaba para un lado y otro y solo veía la vegetación, más cerros, varias veces quise decirle al pastor que tenía miedo, pero no lo hice por vergüenza por no preocuparlo.
Cuando llegamos al poblado donde nos íbamos a quedar me aterre mas porque eran varias casitas, muy poca gente, todo era nuevo para mí, no sabía qué hacer, me sentía inútil solo quería volver, me daba desesperación estar ahí en la sierra, me preguntaba una y otra vez <<¿qué va a pasar ahora?>>, ya acostados a la intemperie bajo un cielo estrellado muy hermoso, deje que fluyera el llanto, en silencio, así me fui quedando dormida, y nunca me imagine lo que me esperaba al día siguiente, íbamos a subir más para ir a otro poblado, en el camino yo caí varias veces y esta vez no pude ocultar el llanto, en una de tantas caídas me levante camine y le dije al Señor "Dios yo voy a ir a donde tú me mandes, sólo te pido que tu siempre estés conmigo", después de eso el cansancio desapareció, el temor se fue y seguí adelante, llegamos al poblado y había una sola familia a la cual le compartimos la palabra de Dios.  Había una muchacha por la cual el Señor me llevo a orar, fue hermoso ese momento, yo todavía no lograba entender lo que Dios había dispuesto que se hiciera asta que al final del día ya de regreso, voltee a mirar ese cerro que subimos por una sola familia, y me dije "bien valió la pena".
Ya de regreso en casa recuerdo la primera escritura que Dios me dio, y comprendí el porque me la dio.
El sabia y conocía mi corazón que era temeroso, y antes de mandarme a la sierra, muchos años atrás el me dio la escritura: ISAÍAS 41:10.
Ahora voy a donde El me envía confiada de que El va conmigo a todo lugar y que El respalda su palabra.
Y ya no me pregunto ¿qué va a pasar?, así que ahora le pregunto ¿Señor a donde vamos a ir ahora? porque no voy sola, ahora sé, que voy tomada de su mano.
Toda la gloria a mi Dios Altísimo por su gran amor y misericordia a mi vida, gracias Papá por amarme como me amas.
 
 
Bendiciones Sandra.

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