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jueves, 5 de enero de 2012

LA LEY DEL AMOR


 EL PRINCIPIO DEL SIERVO POR AMOR

  POR: Joyce Schmedel.

  Todos nosotros en algún momento u otro hemos estado en el horno de fuego de Dios para hacer nuestra fe fuerte para el Señor. Esto es lo que significa ser un cristiano maduro. Peleamos la batalla de la fe.

            Quiero compartir con ustedes sobre el aspecto más difícil del la vida cristiana.

Lea Ex 21:1-6

21:1Estas son las leyes que les propondrás. 21:2  Si comprares siervo hebreo, seis años servirá; mas al séptimo saldrá libre, de balde. 21:3  Si entró solo, solo saldrá; si tenía mujer, saldrá él y su mujer con él. 21:4  Si su amo le hubiere dado mujer, y ella le diere hijos o hijas, la mujer y sus hijos serán de su amo, y él saldrá solo.  21:5  Y si el siervo dijere: Yo amo a mi señor, a mi mujer y a mis hijos, no saldré libre; 21:6  entonces su amo lo llevará ante los jueces, y le hará estar junto a la puerta o al poste; y su amo le horadará la oreja con lesna, y será su siervo para siempre.

            Este es el ejemplo en las escrituras de un siervo por amor. Quiero que tenga una ilustración firme de esto en su mente. Este es un hombre que no tenía dinero ni propiedades, no tenía nada. Se vendió a sí mismo como esclavo para poder sobrevivir. El
se convirtió en un esclavo. La ley judía decía que él podría ser libre después de seis años. Sin embargo, durante esos seis años, su dueño le había dado una esposa. El y su esposa tuvieron hijos, y ahora después de seis años de esclavitud, él podía ser libre para empezar una nueva vida. ¡Pero espere! Este esclavo amaba a su amo, amaba a su esposa y a sus hijos, él no quería abandonarlos pero tenía que hacerlo porque su familia le pertenecía a su amo. Este esclavo estaba atado por amor.

            Este es un esclavo que podía decidir permanecer en la casa de su dueño como un siervo por amor si así lo deseaba. Esta era una decisión que tomaba por su propia voluntad. El renunció voluntariamente a su libertad por amor.

            Con esta decisión, su dueño llevaba al esclavo liberado al poste de la puerta y hacía un agujero en la oreja del esclavo con una pieza de madera. Esta pieza de madera en la oreja era un símbolo de un siervo por amor. Por el resto de su vida, él serviría a su amo y todas las personas podrían ver que él servía con un motivo de amor.

            Jesucristo es el siervo por amor por excelencia. Él vino a esta tierra en pobreza, se convirtió en esclavo bajo Dios, el Padre. Él hizo todo lo que Dios le dijo que hiciera y era libre para regresar al cielo, pero El amaba a Dios y deseaba continuar haciendo la voluntad de su Padre. Jesucristo amó a la novia que Dios le dio, que somos nosotros, la iglesia. Jesucristo decidió rendir su voluntad para convertirse eternamente en un siervo por amor.

Lea Juan 13:4-6

13:4  se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó. 13:5  Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido. 13:6  Entonces vino a Simón Pedro; y Pedro le dijo: Señor, ¿tú me lavas los pies?

Los versículos 12-17 dicen: 13:12  Así que, después que les hubo lavado los pies, tomó su manto, volvió a la mesa, y les dijo: ¿Sabéis lo que os he hecho? 13:13  Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy. 13:14  Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros. 13:15  Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. 13:16  De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió. 13:17  Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis.

            Esta escritura nos da la ilustración de las acciones del siervo por amor por excelencia. Luego Jesús dijo que Él es el ejemplo para nosotros. Nosotros debemos arrodillarnos, debemos humillarnos para hacer el trabajo difícil de un siervo por amor. El costo no es importante. Jesucristo dijo en el versículo 17 que conocer y hacer este trabajo lo hará sentirse feliz y bendecido. Esa es una promesa, si usted no está contento y bendecido en su vida, entonces no se está inclinando lo suficiente y no está sirviendo lo suficiente. Permítame que le de un ejemplo de mi propia vida.

            Yo les cuento esta historia a las personas en mis clases. Cuando era joven, mi madre me hacía quitar el polvo de los muebles. Yo odiaba limpiar el polvo de los muebles porque los muebles de mi madre tenían muchas pequeñas áreas talladas que acumulaban polvo. Yo tenía que limpiar estos pequeños lugares y luego mi madre me seguía con un guante blanco. Ella ponía su dedo en todas las áreas talladas de los muebles para determinar si estaban limpios. Si el guante blanco estaba sucio, yo tenía que hacer la tarea de nuevo. ¡Yo odiaba limpiar el polvo de los muebles! Sin embargo, cada semana limpiaba los muebles y hacía apenas lo necesario para pasar la inspección de mi madre. Lo hacía porque mi madre me decía que tenía que hacerlo y aprendí a obedecer. No lo hacía por que amaba a mi madre, ya que no estaba feliz ni estaba bendecida. No era feliz porque no era una sierva por amor y no quería inclinarme sobre mis manos y rodillas para poder llegar y poner mi dedo en cada pequeña área tallada de cada silla y mesa. No hacía el trabajo por un motivo de amor.

            El trabajo de un esclavo no es fascinante, no es fácil y usted no recibe elogios constantes por él. El trabajo de un siervo por amor es un compromiso de la voluntad y se basa en su amor por Cristo. Sí, usted debe de amar a otras personas, pero hay personas que no son fáciles de amar, así que su principal motivo es el amor por su dueño, el amo, Jesucristo.

Lea Mateo 20:27-28

20:27  y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; 20:28  como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.

            Aquí, Jesucristo nos da el principio de la vida cristiana... sea un siervo. Sin embargo, a menos que usted sea un siervo por amor, no encontrará las bendiciones y la felicidad en la vida cristiana que Jesucristo prometió. Los autores del Nuevo Testamento entendieron este principio porque empezaron sus libros con:

            “Pablo, un siervo de Jesucristo...” (Ro 1:1)
            “Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo...” (Santiago 1:1)
            “Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo..." (2 Pedro 1:1)
            “Judas, siervo de Jesucristo...” (Judas 1:1)

¿Puede usted escribir la historia de su vida cristiana con el mismo título, “siervo de Jesucristo”? ¿Sirve usted con un motivo de amor por Dios y amor por los demás?

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