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miércoles, 25 de enero de 2012

LA LEY DE LA RESPONSABILIDAD


POR: Joyce Schmedel.
Gen 3:9-13
“Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí. Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses? Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí. Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí“.

Era el año de 1569 en Holanda en lo más fuerte de la inquisición española por la iglesia católica.
Un hombre llamado Dirk Willems estaba en una prisión esperando una ardiente muerte en la hoguera.
Dirk Willems era un humilde y fiel seguidor de Jesucristo.
¿Cuál fue el crimen que lo llevó a este horrible lugar al borde de la muerte?
“Haber sido bautizado otra vez después de confesar su fe en la obra consumada por Jesucristo en la cruz”, eso era lo que decían los registros oficiales de la ciudad.
Él había sido bautizado cuando era bebé por la iglesia católica.
Como adulto, él recibió a Jesús en su corazón como su salvador personal.
Fue cuando él decidió obedecer el mandamiento de Cristo de ser bautizado por inmersión.
Este prisionero “persiste obstinadamente en su opinión”.
Por lo tanto, fue sentenciado a ser ejecutado por fuego.
Hay muchas personas alrededor del mundo que toman una posición firme por Jesucristo y pagan con sus vidas.
Pero la historia de Dirk es un poco diferente.
Un día antes de que se completara su ejecución, Dirk encontró su celda momentáneamente sin custodia.
Él tomó la oportunidad para escapar. Él huyó a través de un lago cercano que estaba congelado.
La alarma de la prisión sonó rápidamente y un guardia fue en persecución del prisionero que había escapado.
Al correr a través del lago congelado, Dirk escuchó que el hielo se rajaba detrás de él.
Él se volvió justo a tiempo para ver que el guardia que lo perseguía caía en el agua congelada por el hielo que se rompía y desaparecer bajo la superficie.
Dirk se detuvo por solo un momento.
¿Qué pensamientos pasaron por su mente en ese breve momento?
Tal vez él pensó que esa era la oportunidad dada por Dios para escapar, ese hombre no es mi responsabilidad.
Luego él se volteó y corrió a rescatar a su enemigo de la muerte.
Luego en profunda gratitud, el guardia pidió al tribunal que Dirk saliera libre por su valiente acto de responsabilidad por otro ser humano.
Tristemente, su petición por la vida de Dirk fue denegada.
La fecha para la muerte de Dirk fue confirmada por el tribunal y por el juez.
Los registros oficiales nos dicen que este cristiano sufrió una muerte lenta y dolorosa a medida que las llamas consumían su cuerpo.
Una de las leyes más importantes del reino de Dios, es la ley de la responsabilidad.
¿Qué es la ley de la responsabilidad?
La palabra responsable viene de la palabra “responder”.
Ser responsable es responder al dar cuenta por sus acciones.
El diccionario dice que responsabilidad es tener una capacidad para las decisiones morales y por lo tanto, ser responsable por ellas.
El opuesto es ser irresponsable.
En otras palabras, una persona que no responde adecuadamente a sus acciones es alguien que llamamos “irresponsable”.
Se dice que una persona madura es responsable porque actúa adecuadamente y dará buena cuenta de sus acciones.
Una persona inmadura, es alguien que es irresponsable porque no se puede confiar en que actúe adecuadamente.
Él no es confiable.
Él no considera las consecuencias de sus acciones y por lo tanto, no da buena cuenta.
Él ya sea que piensa que sus acciones no importan o no le importa si alguien más es afectado por sus acciones o no.
De hecho, usualmente utiliza muchas excusas para cubrir su comportamiento irresponsable, incluso hasta el punto de culpar a los demás.
En otras palabras, él no se responsabiliza sus actitudes o acciones sino que las pone sobre los demás.
Adam tenía la responsabilidad ante Dios por mantener el pacto de no comer del árbol del conocimiento del bien y el mal en el Jardín del Edén.
Cuando Eva se presentó con Adán con el fruto prohibido, él actuó irresponsablemente con inmadurez, porque culpó a Eva por su falta.
Eva fue tan inmadura e irresponsable, porque ella tampoco tomó la responsabilidad por sus acciones, sino que culpó a la serpiente.
“No puedo hacer nada”. Es así como soy, es una excusa que muchos dan para una falta de madurez, una falta de acciones adecuadas, una falta de responsabilidad.
Las personas responsables son personas maduras que se han hecho cargo de ellos mismos y de su conducta.
Ellos han aceptado sus acciones y responden por ellas.
Ellos consideran seriamente las consecuencias de sus acciones antes de actuar.
La madurez de la responsabilidad reconoce y acepta las consecuencias por las acciones.
Dirk Willems fue un cristiano maduro y responsable.
Él reivindicó la responsabilidad de sus convicciones por creer en Jesucristo y le costó su vida.
Él respondió adecuadamente cuando tomó la responsabilidad por sus acciones y rescató al guardia que cayó por el hielo.
El podría haber dicho “ese hombre es mi enemigo”.
Su situación es su problema, yo no soy responsable por él.
Alguien más en la Biblia dijo eso, oh sí, ¿Caín dijo lo mismo?
En Gen 4:9  Y Jehová dijo a Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?”
Después de que Caín mató a Abel, él le dijo a Dios “¿Soy yo responsable por mi hermano?”
¿Dónde aprendió Caín un comportamiento tan irresponsable?
Ah sí, él aprendió de sus padres, Adán y Eva.
Ellos le enseñaron a tomar el camino fácil para cubrir sus errores con excusas, a hacer lo que usted quiera y luego culpar a los demás por sus fallas, actuar sin responsabilidad, sin acciones maduras adecuadas.
Adán y Eva le enseñaron a Caín a no tomar la responsabilidad por sus acciones cuando él mató a su hermano.
De la misma manera que Adán y Eva, nosotros les enseñamos a nuestros hijos la irresponsabilidad, y luego sacudimos la cabeza y nos preguntamos por qué nuestros hijos son tan inmaduros.
Esto me recuerda otra historia:
Hace muchos años, el rey de Atri en Italia compró una campana grande y fina para su ciudad.
Él la colgó en el mercado y le ató una cuerda larga que llegaba hasta el suelo.
Luego le dijo a su pueblo, “esta es la campana de la justicia”.
Le dijo al pueblo que nunca debía sonar a menos que ocurriera un acto de injusticia.
Si alguien en el pueblo sufría una injusticia, podía tocar la campana.
Durante muchos años, la campana sonó ocasionalmente y cuando lo hacía, los jueces debían reunirse  y escuchar el caso para tomar una decisión justa.
De esta manera, el pueblo contaba con justicia en todo momento.
Después de muchos años a la intemperie y sujeta a toda clase de clima, la cuerda de la campana empezó a deshilacharse y poco a poco se fue desintegrando y haciéndose más corta.
El pueblo estaba preocupado y le pidió al rey una cuerda nueva porque los niños ya no podrían alcanzar la cuerda acortada.
El pueblo le dijo al rey que se negaba la justicia a los niños porque ellos no podían tocar la campana.
El rey buscó en la ciudad una cuerda nueva, pero no había otra cuerda en la ciudad.
Finalmente, un residente de la ciudad proporcionó un tramo tomado de la vid para adjuntarlo a la campana en lugar de la cuerda.
Mientras tanto, un anciano de la ciudad había pasado años acumulando su riqueza. Él se enfocó tanto en el dinero que era negligente en todas las otras áreas de responsabilidad en su vida, incluyendo a su mula.
Finalmente, él se olvidó de alimentar a su mula por varios días. Cuando pensó en eso, él calculó cuánto dinero podría ahorrar si no compraba alimento para su mula.
Él se encogió de hombros y le dijo a la mula que buscara su propia comida.
Él dejó a la mula recorrer el vecindario en busca de hierba en las laderas.
La mula pasó muchas horas buscando comida en las laderas, pero un día, el clima se volvió muy caliente y seco, cuando la hierba se marchitó y murió, ya no había hierba verde en ningún lugar de la ciudad.
A mitad del día, la mula hambrienta vagaba en el mercado vacío esperando encontrar algo para comer.
La mula vagó hasta la campana y empezó a comerse la uva que colgaba de la campana de la justicia.
Mientras más comía, más sonaba la campana y los jueces llegaron en respuesta a la campana.
Todos en la ciudad empezaron a relatar cómo el hombre rico había sido negligente con su responsabilidad de cuidar de su mula.
Todos estuvieron de acuerdo en que se había cometido una injusticia. Los jueces decidieron que la mula había servido al hombre rico por muchos años, por lo tanto, era responsabilidad del hombre rico cuidar de su mula.
El juez tomó la mitad del oro del hombre rico para comprar comida y un establo para la mula por el resto de la vida de la mula.
El hombre rico aprendió que faltar a sus responsabilidades le costó más al final.
Dios quiere que actuemos responsablemente como creyentes maduros.
En otras palabras, Dios desea que el cristiano viva una vida de integridad; integridad de carácter para que actuemos responsablemente.
Él quiere que enseñemos responsabilidad a nuestros hijos por nuestras acciones.

Ef 4:14-15 Para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo”.

Pr 20:7 dice Camina en su integridad el justo; Sus hijos son dichosos después de él.
Usted acaba de escuchar cuatro historias.
Tres historias de irresponsabilidad: las dos clásicas historias, la de Adán y Eva y la de Caín que mató a su hermano.
Estas tres personas cubrieron su comportamiento pecaminoso e irresponsable con excusas y culpa.
También escuchó la historia de la campana de la justicia en Italia, en donde el comportamiento irresponsable le costó a un hombre la mitad de su riqueza para hacerle justicia a una mula.
También escuchó la verdadera historia de Dirk Willems quien fue un ejemplo de comportamiento maduro y responsable porque Jesucristo cambió su corazón e hizo una diferencia de cómo tomar decisiones de integridad sin importar el precio.
Solo cuando dejamos de jugar a ser cristianos y dejamos que Cristo cambie seriamente nuestro carácter, seremos capaces de mantenernos en la fe al lado de Dirk Willems.
Oro por que el Espíritu Santo haga que examinemos nuestra propia responsabilidad como cristianos.
Tenemos la responsabilidad con nuestras familias, con otros creyentes en la iglesia, con nuestro pastor y con Dios.
Que Dios le inculque la importancia de vivir su vida con responsabilidad cristiana y que Dios lo bendiga a medida que usted lo sigue a Él.

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